miércoles, 27 de abril de 2016

Caligrafía Inconclusa


Cómo podríamos esconder latidos sobre cicatrices, 
llantos desdibujados sobre rostros de felicidad, 
olas de paisajes escondidos sobre un mar de sentimientos, 
cómo podríamos retornar con ilusiones sobrepuestas 
de lineales pensamientos a un precipicio de deseos 
hacia alguien que renueva tus pensamientos, 
somos seres inequívocos sobre piedras ondulantes 
de un futuro incierto.
La primera vez que sentí aquellos indomables latidos 
aspirando el humo de un cigarrillo 
en compañía de aquella hermosa mujer, 
ella, que domó mis palabras y sin ponerlas en mi boca 
me atragantó en un abrir y cerrar de labios, 
ese tiempo en que sintiendo lentamente 
como llegaba el humo a mis pulmones 
e introducía sus palabras en mi cabeza, 
cientos de acantilados vocales renovaban mis creencias, 
y es que no me cabe aún en la cabeza 
lo pronto que se fue metiendo lentamente 
cada sílaba en mi costado izquierdo, 
modulas palabras sobrias bajo mis inconclusas respuestas, 
lo sé, soy un tonto cuando te hablo, soy tan torpe 
que algunas veces no encuentro las palabras suficientes 
para acariciarte los tímpanos, 
endulzar tus latidos y fantasear con tu mente, 
solo aprendo lentamente como eres, 
como dibujas mis sonrisas con tu presencia, 
como me haces palpitar con solo una mirada 
o como intentas estar en calma cuando soy un poco intenso, 
recito mis complejos cuando quiero besarte, 
acariciarte lentamente hasta que sientas 
cada uno de mis poros exhalar mis sentimientos, 
eres aquella dulce niña que la vida me ha puesto enfrente 
sin saber lo que ocurrirá luego de este lapso de perplejidades
aprensiones que debaten mis conductas,
indomables momentos confinado a letras inconclusas;
solo deseo que cuando pase lo impensable 
pueda retomar la lucha constante 
de escribir un nuevo libro pero sin hojas vacías, 
espero leerte completa y no sólo tu prólogo, 
reír con tus capítulos, llorar con el final 
y vivir cada una de tus letras como escribirlas 
con la tinta de tu destino.

Jack

domingo, 18 de octubre de 2015

84 Kilómetros


He dejado de medir el kilometraje de los meses sobre tu presencia 

y aunque observo tus fotos y siento los retazos de aquellos días, 
luminosas mañanas junto a tu cuerpo, no te puedo mentir y lo sabes, 
todos mis órganos demuestran que no sólo fui feliz, 
sino que volvería a revivir una y otra vez 
si en mis manos tuviera la flor de espinas marchita con el tiempo.
La mañana se ha hecho noche, las hojas han caído sin su otoño, 
el crío ha jadeado sus primeras palabras y no han sido nuestras, como centenares de estrellas que no podríamos observar, 
como eclipses que detuvieron su hazaña y jamás volvieron siquiera a asomarse, 
aquella suavidad del viento de la mañana cuando despierto aturdido 
bajo un sol de primavera, suavemente pero triste, con rasguños olvidamos el ayer, 
el mañana, el deseo de un futuro en brazos, ligeramente entonamos 
letras de canciones y añoranzas que sólo dejamos en palabras.
Somos ahora simples extraños con recuerdos en común, 
cicatrices de esta carrera llamada vida, sobre empinadas llanuras bajamos velozmente 
y nos levantamos con cada bache que me hace decaer, 
con cada púa que se entrelaza con la carne sudorosa de los sueños.
No soy yo pero tampoco eres tú, por que sabemos que no somos los mismos, 
ni siquiera amáremos igual a nuestros sucesores, 
seremos ígneas tormentas de un pasado con ojos cerrados, 
amamos nuestras almas como jamás podría expresarlo, 
por que sería darle descripción a lo indescriptible, 
amamos como quien va a morir aferrándose a su último suspiro, 
como el último dedo que sostiene un gato de su caída, 
como aquel pintoresco pretendiente recitándole a su amada bajo el balcón, 
amamos como un par de niños que desean su juguete navideño; 
por ti hubiera dado la vida o hasta la muerte de ser necesario 
pero he llegado rápidamente a gastar este kilometraje que me aturde por su rapidez, 
pisé a fondo y aceleramos nuestro adiós, sin quererlo, 
sin esperarlo pero con un corazón roto, 
sin alma de regreso y sin fuerzas de salir tras de ti.

Jack.

domingo, 23 de agosto de 2015

DESIERTO DE INVIERNO


Hubo un tiempo en que fui feliz, 
me entregué al cálido regazo del amor, 
de un hogar, del destino, de los sueños de un futuro, 
esos que me hacían suspirar al intentar día a día construirlos pie a pie. 
Construimos barreras inquebrantables, pilares tan fuertes, tan sólidos, 
aquellos muros edificados con el más duro cimiento, 
creyendo, nunca apilarían. 
Cometí la locura más grande que se hace por amor, 
aunque algunos creen saberlo sórdidamente, 
me acogí a un amor eterno, sublime, 
regocijé mi vida a aquella luz que me sacó de la sombra 
y diluyó mis creencias, mis fuerzas y así, 
ante un ser espiritual, bajo su hogar, sobre sus cimientos, 
acepté ante la vida y la muerte, 
sobre el bien y el mal como algunos palabrean 
al llegar a esta cúspide a corazón abierto 
mientras soñamos bajo el miedo de nuestras almas 
sedientas del ser iluminado que permanece a nuestro lado, 
ese que promete jamás desfallecer ante las barreras del olvido, 
ante seres destinados al sombrío deber de tercera persona, 
ante físicas torturas sentimentales de lo que nunca se pensó, 
siempre se temió, pero nunca sucumbió hasta que se nombra el adiós, 
aquella palabra devastadora que muchos tememos. 

Y aquí me tienes, solo, 
ante estas letras difusas, 
somnolientas 
y sedientas de cumplir 
lo que siempre se juró, 
pero nunca se luchó.

Este es mi legado, 
mi sombrío llanto 
sobre las ruinas de una primavera 
con tormentas al anochecer, 
solo deseo que algún día, 
aquellos seres que enceguecidos 
matan lentamente un sentimiento, 
perdonen sus egoístas y desdichadas almas 
para satisfacer fielmente su soledad infinita 
en este mundo de ladrones sin destino.

Jack

jueves, 2 de julio de 2015

SURREALISMO CATATÓNICO


Quiero una mujer que me ame locamente, 
sin ser demente, 
quiero una mujer que me anhele cada día 
como si fuese el primero en vernos, 
quiero que me despierte con un beso, 
pero sin tener o ser una pesadilla, 
quiero que desee llegar a casa 
para compartir sus palabras con las mías 
inundando un hogar de sabiduría y pasión, 
quiero que me desee amorosamente 
como yo a ella física, mental y espiritualmente, 
quiero que se siente en mis piernas y con tal cariño 
me susurre sonriéndome a los ojos, 
te extrañé, y eres lo que le he pedido 
para que mi vida no sea la tuya, 
sino con quien compartir la bonita felicidad 
que me haces sentir... 

Si no lo eres, déjame y seguiré esperándola.

Jack

miércoles, 3 de junio de 2015

CONDENADOS

He sido sentenciado, condenado y no será a cadena perpetua
por que eso dura una sola vida, condenaste mi alma junto a mi cuerpo sediento,
sentenciaste al día a día de la sombra de tus recuerdos, tus ausencias,
tus humildes pasos a mi lado, tu cuerpo rebosante
del sabor a la dulce alegría de tus labios, tus ojos, tus ojos...
esos vastos y gustativos ojos de miel, atrayentes y rutilantes cuando observabas
mis ojos con aquella tímida mirada de una jovencita enamorada,
aquel amor que nos llevó a las profundas cavidades de un hogar,
un palacio construido base por base con el inmenso corazón de nuestras almas,
aquel hogar lleno de gracia, pilares extravagantes con el calor del camino cruzado
en un sendero fino y fuerte, nombres y prendas de aquellos que nunca nacieron
y fueron fuerza para mirar hacia adelante, diste pasos cruzados, tropezaste y caíste, 
pero al levantarte, tomaste otro rumbo mientras intentaba seguirte,
pero no me observabas mientras iba tras de ti.
Ahora camino por los escombros de los cimientos que destruiste,
un inmenso amor que se te ha fugado con su artimaña,
camino tristemente por lo que eran paisajes de colosales sueños,
camino sobre moribundas ilusiones que recojo del piso,
camino y camino porque mi condena será recoger paso a paso
todo lo que olvidaste cuando te marchaste,
cuando decidiste abandonar esta humilde fachada de lo que algún día
tu con mi presencia, caminando de la mano comenzamos
sin pensar en lo que ahora debo aceptar como amarga condena,
amándote sin tenerte, en la lejanía del recuerdo,
hasta que mis fuerzas me lleven al descanso,
pero jamás al abandono de estos cimientos
que se vienen sobre mí en días como éstos
y me atosigan como si muriera lentamente
con el escozor del ayer, aquí, solo.

Jack

martes, 2 de junio de 2015

AGOSTO 18

Te he visto en el amanecer de un agosto soleado,
insaciable por su acalorada caricia al plasmar su resplandor.
Te he visto en cada canción 
al evocar una a una las letras que encierra tu nombre
con la voz melancólica de una hermosa chica 
al llegar al éxtasis de su cuerpo.
Te he visto en cada rincón de esta ciudad 
porque no solo vives en ella,
tiene tu aroma de flores, sus hermosos colores 
y el recuerdo de un amor forjado
desde las más profundas cavidades de nuestros poros,
sollozando desde su sangre para saciar
la más profunda alma que un timador podría esconder.
Te he visto en cada palpito de este corazón roto, 
desahuciado, sucio,maloliente 
y ensangrentado que poco a poco
va arañando sus recuerdos 
con el dolor del olvido, de un adiós
y de un eterno entierro
que solo podría hacerse
con el amor del profundo desengaño.
Te he visto renacer de las cenizas,
pero te has llevado el polvo grisáceo
de este amor incalculable
y que vas arrastrando lentamente...
hasta su tumba.

Jack

sábado, 30 de mayo de 2015

BIPOLAR

Amé hasta quedar ciego, 
luché hasta desangrarme las entrañas 
como púas en mi yugular, 
demostré hasta romper mi cerebro de creatividad 
para mostrar mi interior, 
y ahora dicen que hay que amar a una mujer 
hasta que piense que nadie las amara mas que uno. 
Es así que son incomprensibles hermosas y peligrosas, 
porque ella pudo enceguecerme, desangrarme, 
rompió tanto mi cabeza que ya no se, si lo que pienso 
lo hago yo o lo hace aquel bipolar 
que recubre encarcelado este cuerpo sediento, de ella.

lunes, 25 de mayo de 2015

ALBA NEGRA 

Ya no se llorar, no se reír, lo intento pero en vano, 
no se vivir o tal vez si o por lo menos eso intento, 
cada lágrima, cada sonrisa, cada aire de mis pulmones, 
cada beso que me hacía vivir, vivir viviendo un sueño, 
un deseo, una batalla, un deseo convertido en pesadilla, 
aquella en la que estas pero no estás conmigo, 
aquella en la que te encuentro sin tenerte, 
aquella en la que cada segundo que va transcurriendo 
siento cada lágrima caer de mi rostro, 
cada gota del dulce amargo sabor salado de una lágrima, 
lágrimas y lágrimas derramadas como gotas de lluvia sobre el tejado, 
aquella que en días nublados observo con encarecido fervor, 
lluvia que va cayendo levemente por mi ventana 
mientras despierto de tal pesadilla, 
y no estas, 
no te siento, 
no te veo 
y comprendo 
que has huido de mí.

Jack