miércoles, 3 de junio de 2015

CONDENADOS

He sido sentenciado, condenado y no será a cadena perpetua
por que eso dura una sola vida, condenaste mi alma junto a mi cuerpo sediento,
sentenciaste al día a día de la sombra de tus recuerdos, tus ausencias,
tus humildes pasos a mi lado, tu cuerpo rebosante
del sabor a la dulce alegría de tus labios, tus ojos, tus ojos...
esos vastos y gustativos ojos de miel, atrayentes y rutilantes cuando observabas
mis ojos con aquella tímida mirada de una jovencita enamorada,
aquel amor que nos llevó a las profundas cavidades de un hogar,
un palacio construido base por base con el inmenso corazón de nuestras almas,
aquel hogar lleno de gracia, pilares extravagantes con el calor del camino cruzado
en un sendero fino y fuerte, nombres y prendas de aquellos que nunca nacieron
y fueron fuerza para mirar hacia adelante, diste pasos cruzados, tropezaste y caíste, 
pero al levantarte, tomaste otro rumbo mientras intentaba seguirte,
pero no me observabas mientras iba tras de ti.
Ahora camino por los escombros de los cimientos que destruiste,
un inmenso amor que se te ha fugado con su artimaña,
camino tristemente por lo que eran paisajes de colosales sueños,
camino sobre moribundas ilusiones que recojo del piso,
camino y camino porque mi condena será recoger paso a paso
todo lo que olvidaste cuando te marchaste,
cuando decidiste abandonar esta humilde fachada de lo que algún día
tu con mi presencia, caminando de la mano comenzamos
sin pensar en lo que ahora debo aceptar como amarga condena,
amándote sin tenerte, en la lejanía del recuerdo,
hasta que mis fuerzas me lleven al descanso,
pero jamás al abandono de estos cimientos
que se vienen sobre mí en días como éstos
y me atosigan como si muriera lentamente
con el escozor del ayer, aquí, solo.

Jack

No hay comentarios:

Publicar un comentario