GEOGRAFÍA DEL CORAZÓN
Yo te amé, te amé con locura, con todo mi ser, sin espacios ni puntos
suspensivos,
ame con el corazón, con mi
cuerpo, con cada centímetro de mi
cuerpo,
con mis palabras y mis actos, con mis enojos, mis cicatrices, mis
ansias, mi fe, mi futuro, mi armonía, mi paz, con
todo mi ser, sin medida… eso sí, sin el alma porque cuando amas tan fuertemente a una
persona con el pasar de los años esa alma ya pertenece
a esa persona, aquella que ha encontrado su hogar, su descanso, su reposo sobre
nube prolongada, adormecida por la esencia de su progenitora.
Ahora, mi mente divaga sin descansar sobre aquellos paisajes que algún día recorrió, suelos tranquilos que solo ella podía brindar, cierro mis ojos para recordar y lo único que llega a mi mente es la paz y tranquilidad de
aquellos días.
Muero por leerte en braille, desprendiendo de tus caderas la suave y
tenue caricia del aire de una mañana, rasgar mis
entrañas acariciando tu vientre sin fecundar por el
significado de su futuro, besarlo suavemente como aquellas nubes que desean ser
tocadas, desabrocharte las palabras con un apasionado
beso sobre tus mejillas porque si besara tus labios ni Dios sería capaz de alejarme de ti, ni siquiera deseo hacerlo
por que tomaría mil fotos
tuyas de ese instante para verlas cada que mi alma se sienta triste.
Podemos estar rotos completamente, partidos en pedazos, ensangrentados
por el dolor
de un adiós pero de esto convertirnos
en arte, en inalcanzables bosquejos de lo que deseamos, volverlo poema,
reescribirlo en una nueva dosis del más dulce de los
aromas, como tu perfume cuando entra por mi olfato o realmente por tus ojos al
leerme, si, convertí aquellos rasguños, aquellas cicatrices de alguien a quien dejaste
moribundo y ensangrentado sin la más mínima dosis de su elixir pero ahora ni la más fuerte tormenta me mecerá, y acá esteré, con ansias de un mañana remembrado que solo tú puedes
comenzar.
Jack